lunes, 11 de enero de 2010

M. CARMEN GODOY RODRIGUEZ
Secretaria de Andaluces por Andalucía
Licenciada en Filología Hispánica



Desde hace bastante tiempo algunos estudiosos y filólogos se han interesado por definir el andaluz. Y resulta un tanto extraño que aún hoy en el 2008 no lo tengamos claro, porque ¿qué es el andaluz, un habla, un dialecto, una modalidad lingüística o una lengua?. Veamos:

El habla según Ferdinand de Saussure es el uso de la lengua por una persona en una situación específica o lo que es lo mismo, lo que decimos en un momento dado. Así que el andaluz es un habla.

El dialecto es la variante de una lengua que en el caso del andaluz puede provenir del castellano histórico o español estándar o también según algunos estudiosos de la aljamía-mozárabe. Por lo tanto podemos decir que el andaluz es un dialecto.

La modalidad lingüística es también variedad o variante de una lengua, sinónimo de dialecto. La modalidad lingüística andaluza es la variedad del español que se habla en Andalucía.

La lengua es siguiendo a Saussure un sistema de signos y reglas combinatorias que utiliza una comunidad para comunicarse. Por lo tanto el andaluz es una lengua ya que es el sistema que utilizamos los andaluces para comunicarnos.





De esta manera podemos utilizar los diferentes términos según concurran las circunstancias y así podemos decir que el andaluz es un habla o conjunto de hablas según diferenciemos los usos que se dan en las distintas localidades que se dividen en distintas zonas según concurran el ceceo o el seseo, se aspire o no la h se alarguen o no las vocales finales en plural y sobre todo en el timbre utilizado a la hora de hablar.
Esto es más correcto que decir que el andaluz se divide en dos grandes zonas que son la Occidental y Oriental surgidas tras los distintos periodos de la Reconquista, pues en el mismo Cádiz, que sería zona occidental, en algunas partes se cecea, por ejemplo en Jerez y en cambio en la capital se sesea.
En cuanto a que el andaluz es un dialecto no hay lugar a dudas, la cuestión es saber si lo es del español o castellano histórico o de la aljamía mozárabe. Sobre este dilema se ha escrito mucho y se seguirá escribiendo hasta que no exista una política lingüística clara y consensuada. La razón reside en varios puntos que desearía aclarar:

1º.- Existen testimonios desde época romana en la que el geógrafo griego Estrabón, (cuya información había recopilado de diversas fuentes) decía que en la Bética se hablaba diferente a otras zonas y esto mismo lo han constatado otros como Juan de Valdés quien en El diálogo de la lengua en 1535 nos decía que “en Andalucía la lengua no estaba muy pura”.Esto nos indica que en Andalucía se hablaba de forma diferente que en otras zonas de España.

2º.- Tras la caída del Imperio Romano el latín vulgar se fragmenta y deriva en las distintas lenguas romances de entre ellas el castellano, el gallego y el catalán, así como el francés, el italiano, el rumano y el romanche. Nuestro romance peninsular va adquiriendo distintas variantes según las zonas, dialectalizándose, de manera que en nuestra región, aunque no haya testimonios debió de haber algún tipo de dialecto romance distinto a otras zonas, que se fusionó con la lengua de los conquistadores árabes originándose el mozárabe, que también tenía rasgos dialectales diferentes en cada zona. Esta lengua es la que llamaban los árabes llamaron aljamía o lengua extranjera.

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